Salimos una madrugada, hace mucho, oh sí, hace muchísimo.
Hemos andado caminos, estepas, trochas, llanazos.
Las sienes grises avanzan azotadas por vientos largos. Los
[cabellos enredados en el polvo, en espinas, en ramas
[a veces en flores.
Oímos el bramar de las fieras, en las noches, cuando
[dormíamos junto al fuego serenador.
Y en los amaneceres goteantes oímos a los pájaros gritadores.
Y vimos gruesas serpientes dibujar su pregunta,
[arrastrándose sobre el polvo.
Y la larga y lejana respuesta de la manada de los elefantes.
Búfalos y bisontes, anchos, estúpidos hipopótamos,
[coriáceos caimanes, débiles colibríes.
Y las enormes cataratas donde un cuerpo humano
[caería como una hoja.
Y el orear de una brisa increíble.
Y el cuchillo en la selva, y los blancos colmillos, y la enorme
[avenida de las fieras y de sus víctimas
[huyendo de las enllamecidas devastaciones.
Y hemos llegado al poblado. Negros o blancos, tristes.
[Hombres, mujeres.
Niños como una pluma. Una plumilla oscura, un gemido
[quizá una sombra, algún junco.
Y una penumbra grande, redonda, en el cielo, sobre
[las chozas. Y el brujo. Y sus dientes de huero.
Y el tam-tam en la oscuridad. Y la llama, y el canto.
[Oh, ¿quién se queja?
No es la selva la que se queja. Son sólo sombras,
[son hombres.
Es una vasta criatura sólo, olvidada, desnuda.
Es un inmenso niño de oscuridad que yo he visto,
[y temblado.
Y luego seguir. La salida, la estepa. Otro cielo,
[otros climas.
Hombre de caminar que en tus ojos lo llevas.
Hombre que de madrugada, hace mucho, hace casi infinito, saliste.
Adelantaste tu pie, pie primero, pie desnudo. ¿Te
[acuerdas?
Y, ahora un momento inmóvil, parece que rememoras.
[Mas sigue…"
"Vagabundo continuo", Vicente Aleixandre.
Incluido en "Historia del corazón", 1954.
Incluido en "Historia del corazón", 1954.