"Las formas de la naturaleza, escribe Djerzinski, son formas humanas. Es en nuestro cerebro donde aparecen los triángulos, los entrelazamientos y los ramajes. Los reconocemos, los apreciamos; vivimos en medio de ellos. En medio de nuestras creaciones, creaciones humanas, comunicables a los hombres, nos perfeccionamos y morimos. En medio del espacio, el espacio humano, tomamos medidas; con estas medidas creamos el espacio, el espacio entre nuestras instrumentos."
"El hombre poco instruido, continúa Djerzinski, siente terror ante la idea del espacio; lo imagina inmenso, nocturno y vacío. Imagina a los seres en la forma elemental de una bola, aislada en el espacio, encogida en el espacio. Aterrorizados por la idea del espacio, los seres humanos se encogen; tienen frío, tienen miedo. En el mejor de los casos, atraviesan el espacio, se saludan con tristeza en mitad del espacio. Y sien embargo ese espacio está en su interior, se trata de su propia creación mental."
"En ese espacio al que tanto temen, sigue Djerzinski, los seres humanos aprenden a vivir y a morir; en medio de su espacio mental surgen la separación, el alejamiento y el sufrimiento. Sobre esto hay muy poco que decir: el amante oye la llamada de su amada a través de océanos y montañas; a través de océanos y montañas, la madre oye la llamada de su hijo. El amor une, y une para siempre. La práctica del bien es una unión, la práctica del mal una desunión. El otro nombre del mal es separación; y aún hay otro, mentira. Sólo existe un entrelazamiento magnífico, recíproco einmenso."
"El hombre poco instruido, continúa Djerzinski, siente terror ante la idea del espacio; lo imagina inmenso, nocturno y vacío. Imagina a los seres en la forma elemental de una bola, aislada en el espacio, encogida en el espacio. Aterrorizados por la idea del espacio, los seres humanos se encogen; tienen frío, tienen miedo. En el mejor de los casos, atraviesan el espacio, se saludan con tristeza en mitad del espacio. Y sien embargo ese espacio está en su interior, se trata de su propia creación mental."
"En ese espacio al que tanto temen, sigue Djerzinski, los seres humanos aprenden a vivir y a morir; en medio de su espacio mental surgen la separación, el alejamiento y el sufrimiento. Sobre esto hay muy poco que decir: el amante oye la llamada de su amada a través de océanos y montañas; a través de océanos y montañas, la madre oye la llamada de su hijo. El amor une, y une para siempre. La práctica del bien es una unión, la práctica del mal una desunión. El otro nombre del mal es separación; y aún hay otro, mentira. Sólo existe un entrelazamiento magnífico, recíproco einmenso."
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