"En la actualidad es posible hacer una peregrinación vertical a la base de la linterna del Duomo. Una escalera formada por 463 peldaños de piedra arranca de una entrada en el lado sur del crucero, desemboca brevemente en el reborde inferior de la cúpula -donde se pasa junto a los enromes pies calzados con sandalias y los bordes ondeantes de las túnicas del fresco de Vasari dedicado al Juicio Final- y vuelve a ascender en círculo por detrás del revestimiento de la cúpula para emerger en lo alto de la ciudad, con los tejados del casco antiguo diseminados allá abajo y las calles abriéndose paso entre ellos como los radios de una rueda de bicicleta ligeramente aplastada. Desde allí vemos el trazado de la via Ghibellina, en la que se hallaba la bottega de Verrochio, la esbelta aguja donde estaba la oficina de Ser Piero (da Vinci), y, hacia el norte, el enorme cubo del Palazzo Medici, que todavía da la impresión de que acabaran de colocarlo en ese lugar.
Aquí arriba estuvo Leonardo un día de comienzos del verano de 1471. Intuimos la importancia que la ocasión revistió para él, en parte por la euforia de verse tan alto como un pájaro y en parte por sentir el poder de la tecnología de Brunelleschi, la magia, precisamente calibrada, capaz de arrojar hacia el cielo una estructura semejante desafiando la fuerza de la gravedad. Un momento apasionante en la historia del Renacimiento."
No hay comentarios:
Publicar un comentario